Esta materia comprende el estudio de la pubertad, la adolescencia
y juventud, el adulto, la tercera edad y los adultos mayores. Siguiendo los
lineamientos presentes en el perfil del graduado, durante este momento de la
formación profesional, se presentarán elementos teóricos
para el desempeño interdisciplinario, la protección, promoción
y prevención primaria, secundaria y terciaria de la salud, como así
también los conocimientos psicológicos concernientes a dichos
momentos de la vida.
Estos objetivos se llevarán adelante a lo largo de un recorrido que,
fundado en la toma de posición, convoca a la articulación de saberes.
En la primer y segunda unidades temáticas se estudiarán las bases
epistemológicas que den sustento a dicha toma de posición.
Siguiendo los criterios de la Organización Mundial de la Salud, se entiende
al Ciclo Vital como un “proceso continuo de envejecimiento”. La
prevención adquiere con ello una importancia de primer orden puesto que
es entendida como un modo de acompañar al envejecimiento y no para evitar
la enfermedad. Por ejemplo: no habría que hacer ejercicios físicos
para evitar un infarto sino para restarle malestar al envejecimiento. De allí
que la denominación de la asignatura nos exige reflexionar sobre la taxonomía
tajante entre “normal” y “patológico”.
Cada fase de la vida es pues reconocida en su especificidad, singularidad y
en un contexto intergeneracional con énfasis en lo que se ha dado en
llamar “salud”; se reconoce su dimensión temporal, haciendo
hincapié en las intervenciones primarias.
Esto permite sostener, como eje primordial, que los desarrollos diacrónicos
que incluyen a los procesos biológicos y a las adquisiciones del yo,
están garantizados a partir de la estructura del sujeto.
Son estas cuestiones epistemológicas –entre otras y lo que de ellas
se piense- las que sostienen precisamente el recorrido temático de la
propuesta pedagógica, como así también, la elección
de teorías que la expliquen.
Por supuesto, pero no ha de ser tratado como una obviedad, en todo el Ciclo
Vital el crecimiento-envejecimiento supone una condición biológica
necesaria aunque no suficiente. No tratarlo como obviedad, es darle a lo biológico
el rango científico, con sus alcances y límites para la explicación
de lo humano.
Ahora bien, habiendo precisado lo que entendemos por Ciclo Vital y tomando en
cuenta el perfil del graduado, es pertinente ubicar aquí, en tanto las
personas crecen al mismo tiempo que envejecen, la dialéctica –desde
la perspectiva psicoanalítica- planteada entre la pulsión de vida
y la pulsión de muerte. Se alude pues a un movimiento crecimiento-envejecimiento
que convoca y hasta confronta distintos campos del conocimiento.
¿Qué papel juega el ordenamiento histórico-social sobre
el conjunto de una población, y a su vez, sobre cada uno de sus individuos
(efecto colectivo- efecto individual)?
Estas consideraciones tienen directa determinación de las políticas
y prácticas con las que las sociedades tratan a sus jóvenes, adultos
y adultos mayores a través de sus legislaciones y organizaciones institucionales.
Por lo tanto, es pertinente considerar esta perspectiva a lo largo del tratamiento
de los distintos puntos de la propuesta pedagógica pues permite la intelección
de determinadas conductas, síntomas o problemáticas que se presentan
tanto en los individuos como en el colectivo acorde a la época.