Esta propuesta está organizada en 7 (siete) unidades
temáticas con su correspondiente bibliografía. Las mismas contienen
los temas básicos y conceptos fundamentales que el alumno deberá
conocer para aprobar la materia. La enseñanza se desarrollará
a partir de clases teóricas y trabajos prácticos. Las clases teóricas
dictadas por el Profesor Titular y los Profesores Adjuntos, seguirán
el Programa general de la materia; en tanto los trabajos prácticos dictados
por los docentes de la Cátedra seguirán un Programa especialmente
diseñado a partir del Programa general al cual se articula.
En esta propuesta se trabajan autores y conceptos que dan cuenta de los procesos
psíquicos que caracterizan ese momento especial del ciclo vital que es
la Adolescencia. Teniendo en cuenta las distintas corrientes que componen el
campo de la Psicología de la Adolescencia, se considera que la Teorìa
Psicoanalítica, es la que que con mayor consistencia, da cuenta de las
operaciones psíquicas y procesos subjetivos, de allì que sus conceptos
son los que dan sustento Epistemològico al Programa. Se pone especial
interés en plantear la Adolescencia como período evolutivo posterior
a la niñez, caracterizado por procesos psíquicos específicos
y diferenciales, sobre el fondo de las continuidades, el “antes y el después”
(el niño y el adulto). La relación evolución-adolescencia
requiere de una especial articulaciòn dada su complejidad. La evolución
está referida al crecimiento del cuerpo, el cual tiene sus tiempos: cronología
del desarrollo. El término Adolescente tomado en su etimología
( del latín adulescens, participio presente del verbo adolescere, crecer)
remite al crecimiento. El/la Adolescente es el/la “creciente”.
Este crecimiento o desarrollo corporal se relaciona de manera compleja con los
procesos psicológicos. Qué es crecer desde el punto de vista psicológico
y cuáles son las particularidades de este crecimiento en la adolescencia?
Esta es la pregunta que anuda y da cohesión al Programa de la Materia.
El desarrollo de la misma y las distintas líneas de trabajo hacia donde
se dirige, consideran tanto lo que se produce del lado de la salud, como aquellos
procesos que devienen o pueden devenir en patología, sabiendo que el
psiquismo en la adolescencia requiere de un tiempo de espera, ya que es propio
a la misma su “inmadurez” (Winnicott D.).
Si bien el cuerpo central del Programa consiste en brindar una formación
en el estudio de los procesos psíquicos adolescentes, al mismo tiempo
se hace imprescindible brindar al alumno una perspectiva interdisciplinaria
en terrenos diferentes (salud, educación, jurìdico y/o forense
y Derechos humanos).
Lugar que ocupa la asignatura en el Plan de Estudios
La Materia se ubica dentro del Ciclo de Formación General. Por su correlatividad
con Psicología Evolutiva Niñez la cual puede ser cursada en forma
simultánea, guarda una relación de continuidad conceptual en la
medida en que se retoman la operaciones estructurantes del aparato psíquico.
En continuidad con Psicoanálisis Freud, retoma sus conceptos centrales
para contextuar los trabajos psíquicos específicos de la adolescencia.
En articulación con Psicología de grupos (correlativa anterior)
propone una mirada de los trabajos psíquicos adolescentes que implican
dicha perspectiva, dada la importancia de los grupos en la Adolescencia. Asímismo
está relacionada con Salud Pública y Mental (anterior) con la
cual se articula por la perspectiva de los procesos saludables y psicopatológicos
específicos de la Adolescencia y el valor que suponen. Psicopatología
(correlativa posterior) en la medida en que en Adolescencia se hace intervenir
la variable de los criterios de salud y enfermedad. Finalmente sus relaciones
con Psicología Social (correlativa anterior)son de importancia dada la
dimensión social y cultural de los fenómenos adolescentes.
Aporte de la asignatura en la Formación Profesional
Brinda una perspectiva de los procesos psíquicos saludables y patológicos
específicos de lo Puberal -adolescente.
Otorga una perspectiva de los procesos Puberal-Adolescente en su articulaciòn
con las funciones familiares.
Destaca la importancia de considerar los paradigmas actuales a partir de los
cuales se plantea la relación niñez, adolescencia, familia, especialmente
el campo que se abre a partir de la Convención Internacional de los Derechos
del Niño/Adolescente.
Fomenta el pensar en equipo y el trabajo interdisciplinario.
Promueve la importancia de las vinculaciones entre su futura práctica
y la intervención en lo social.
Prepara para el trabajo en diferentes áreas de la Práctica profesional
(Salud, Educación, Jurídica, Derechos Humanos)
Enfoque adoptado por la Cátedra
Teniendo en cuenta que Adolescer es crecer; cuáles son las operaciones
psíquicas propias de este crecimiento , es la pregunta que recorre y
da consistencia al Programa. La Teoría Psicoanalítica como sostén
epistemológico del mismo, brinda los conceptos fundamentales a partir
de los cuales plantear una perspectiva de los procesos psíquicos saludables
y de los que implican patología. Estos serán planteados a partir
de tres ejes:
a) eje del desarrollo:
Se estudian principalmente las relaciones entre lo psíquico y lo somático,
destacándose los procesos vinculados a la cronología del desarrollo
y las transformaciones del cuerpo puberal. Su articulación con el esfuerzo
de trabajo psíquico propio del momento, implica una premisa superadora
de la dicotomía cuerpo-mente. El concepto de “lo originario”
viene a estrechar esa brecha, en la medida en que el cuerpo es “cuerpo
erógeno”, lo que supone entrelazamiento de procesos fisiológicos,
inscripciones psìquicas y articulación con funciones familiares
y sociales.
Esta relación entre los actos psíquicos de la adolescencia y sus
relaciones con el crecimiento o desarrollo corporal tiene como premisa la idea
de la integración. Allí encontramos una de las exigencias que
el crecimiento corporal impone a la vida psíquica. La integración
sería el trabajo psíquico saludable, y es así como concebimos
la subjetividad, como procesos de integración psicosomática (Winnicott,
D.; Aulagnier, P.; Mc. Dougall, J.; Grassi, A.). Dentro de estas exigencias
de trabajo psíquico, que tiene sus tiempos lógicos, encontramos
las que tienen que ver con la identidad, el narcisismo y la imagen inc. del
cuerpo (Doltó, F). y aquellas otras que se relacionan directamente con
la irrupción de los caracteres sexuales secundarios, la madurez de los
órganos genitales, la funciòn de la reprodución, las identidades
sexuales (Freud, S.) y de género (Benjamín J.).
Todos estos cambios y transformaciones del cuerpo (erògeno) puberal-adolescente,
llevan implìcita una profunda remodelación de las distintas instancias
que componen el aparto psìquico, (Freud S.) y de los principios que regulan
su funcionamiento (Aulagnier P.).
b) eje de las relaciones parentales:
Otro eje del Programa lo constituye el problema de las relaciones entre lo puberal-adolescente
(Gutton, Ph.) y los padres, un poco más ampliamente lo parental. Relación
que resulta fundamental en el abordaje del tema, ya que los procesos puberal-adolescentes
afectan a ambos términos de la relación , pudiendo dar origen
y ser promotores de salud o contrariamente crear condiciones para un desarrollo
patológico de la relación, interfiriendo tanto los propios procesos
del adolescente, como los de los padres. Diferenciamos: a) del lado del hijo/a,
b) del lado de los padres o familia y c) en la relación. La importancia
del estudio de estas relaciones radica en el hecho de que en este sentido “lo
adolescente” implica producir una caída de la familia (Lapassade,
G.). Es un momento de desinvestimento libidinal de la familia, donde el adolescente
replantea su posición frente a ella. La familia puberal decae. Es el
duelo por los padres de la infancia y el cuerpo infantil (Freud, A.; Abersastury,
A.). Lo infantil se transforma. De allí que se plantea no un nuevo inicio
o nuevo nacimiento, como tampoco una repetición de lo infantil. Una serie
de transformaciones: del cuerpo, de la familia, de la historia. Una nueva interpretación
de la historia: “la construcción de un pasado”. De lo contrario
estaríamos ó en su inhibición ó en “la fractura
de historia” (Aulagnier P.). El trabajo de historización adolescente
exige una combinatoria entre lo ya vivido y lo por vivir, entre lo viejo y lo
nuevo, entre repetición y acontecimiento, entre lo familiar y extra-familiar.
Es un momento de inflexión en los procesos de historización.
Otro ìtem dentro del eje es la cuestión de la
transmisión de la vida psíquica entre las generaciones. Lo que
se transmite al hijo sea por vía de lo “verbal” como por
otras vías o modalidades, como la sensorio- afectivo-y motriz (Wallon,H.;
Kaes R.). Transmisiones silenciosas, y secretos familiares (Tiseron, S.; Eiguer,
A.) que se inscriben en el psiquismo e irrumpen en la adolescencia pudiendo
dar origen a diferentes formaciones psíquicas tanto saludables como patológicas.
c) eje de los paradigmas culturales e institucionales:
Articulado con el eje anteriormente descripto, otro de los trabajos psíquicos
necesarios en los procesos adolescentes, es el momento del pasaje de la familia
al vínculo social (Rassail, J.). Este pasaje del vínculo familiar
al vínculo social, de la endogamia a la exogamia, del Yo al Nosotros,
del Yo Ideal al Ideal del Yo, hace intervenir a la cultura en la construcción
de nuevas identidades. Hasta este momento, la identidad estaba sostenida y entrelazada
fundamentalmente a la familia; ahora va a ser modelada y puesta a prueba en
el lazo social. Allí los grupos exogámicos cobran importancia
como lugar de producción de nuevas identidades (Pichon- Riviére,
E.; Kaës, R.) frente a la conmoción y vacío identificatorio,
frente a la des-identificación producida (Jamet Ph.). ¿Cómo
acompaña o interfiere la familia estos procesos adolescentes? (Berenstein,
I. Pujet J.).
Los grupos, las parejas, las instituciones educacionales y laborales, los discursos
massmediáticos, son instituyentes. Producen modelos, ideales, rituales,
iniciaciones, valores, ideología. En vista de lo cual en este pasaje
es importante estudiar como construyen y como reciben las instituciones el fenómeno
adolescente. Cómo se produce e instituye el fenómeno adolescente
en el imaginario colectivo. La cultura además de propender procesos saludables
o contrariamente inhibirlos o mutilarlos, también es productora de nuevas
formas y figuras de la adolescencia. Allí resultan significativos “nuevos
paradigmas” para pensar la adolescencia entre los cuales la Convención
Internacional de los Derechos del Niño (García Méndez E.;
Grassi A.; Solari N.) toma un lugar central, como también las marcas
que dejan el mercado y el consumo en los nuevos contextos económicos
e históricos sociales por lo que atraviesa nuestro país. (Corea
C; Kristeva J.; Lewkowicz I.; Sarlo,B.).
A su vez se destaca la consideración por las nuevas formas de organización
familiar, las familias ensambladas, las familias monoparentales y las nuevas
técnicas de reproducción, su incidencia y relevancia en la constitución
de la subjetividad y su papel en la adolescencia. Se plantean nuevas relaciones
de parentesco, nuevas funciones y nuevos términos para denominar los
nuevos vínculos interpresonales-neofamiliares (Giberti, E.; Grosman,
C.; Martinez Alcorta,I.; Rojas M.C.; Rudinesco, E.).