Uno de los principales objetivos de la materia es brindar herramientas
técnicas y conocimientos específicos para realizar diagnósticos
y planificar tratamientos. En la actualidad existen profundos debates respecto
de la utilidad y adaptación de los sistemas diagnósticos operacionalizados
(CIE, DSM, OPD, PDM). Uno de los objetivos de la materia es el que los estudiantes
conozcan los debates actuales sobre los mismos y la aproximación su uso
clínico. El diagnóstico, el pronóstico y las estrategias
y abordajes terapéuticos de los problemas más prevalentes forman
una de las necesidades básicas de los graduados recientes que deseen
insertarse en el campo de la clínica psicológica. Actualmente,
en nuestro país la mayor parte de las prestaciones se efectúan
a partir de Sistemas Gerenciados de Salud, tanto en el contexto de la Medicina
Prepaga como en el de las Obras Sociales, hecho que requiere una capacitación
específica para los futuros profesionales. Con esto no sólo contribuiremos
a incrementar sus probabilidades de inserción laboral, sino que además
se aportará, por transitividad, a la consolidación de la psicología
como profesión en Argentina.
Es por lo anterior que el alumno se encuentra capacitado para estudiar diferentes
dispositivos de abordajes psicoterapéuticos a fin de contar con los recursos
necesarios para abordar distintas patologías. También se encuentra
en condiciones para introducirse a la complejidad y a las discusiones teóricas
actuales respecto del diagnóstico, pronóstico y tratamiento de
los trastornos mentales y otros motivos de consulta, en el contexto de las características
específicas de la práctica psicoterapéutica actual en Argentina.
Lugar que ocupa la asignatura en el Plan de Estudios
Esta materia forma parte del Ciclo de Formación Profesional de la carrera,
teniendo como correlativas las materias del Ciclo de Formación General,
Psicopatología y Técnicas Proyectivas.
Aporte de la asignatura en la Formación Profesional
En lo concerniente a la actividad profesional, es necesario mencionar la diversidad
de puntos de vista teóricos dentro de nuestra disciplina, el auge de
las prácticas paracientíficas y el perfil prevalente de la consulta
actual: trastornos por déficit en la organización de la personalidad.
Habitualmente se sostienen estériles y engorrosas diferencias entre diversas
líneas de trabajo o entre distintos trabajadores de salud mental, desatendiendo
el objetivo común de proveer a la resolución de la consulta.
Por otra parte ha habido un indudable corrimiento paulatino hacia la especulación
en detrimento de la experiencia clínica.
Con estas premisas, proponemos aquello que ha sido característico del
quehacer universitario: la concurrencia de diversas contribuciones del saber
científico en los claustros por oposición al dogmatismo de una
única línea de pensamiento. Esto supone:
a) consolidar la identidad científico-profesional del psicólogo
a partir de la racionalidad del método y su verificación.
b) adecuar los esquemas referenciales y los procedimientos técnicos a
la nueva patología y a las posibilidades económicas de la población.
c) transmitir como actitudes en psicoterapias el status privilegiado de la clínica,
la disposición al trabajo interdisciplinario y la función preventivo-asistencial
de toda práctica psicológica.
Enfoque adoptado por la Cátedra
El programa de actividades docentes a desarrollar tiene como objetivo la capacitación
del alumno para realizar un proceso terapéutico planificado. Esto significa
poder adecuar diversas perspectivas teóricas y técnicas psicoterapéuticas
a los fines de la resolución de la situación de consulta.
Se propone que la consulta, entendida como la solicitud de asesoramiento técnico
a alguien a quien se la ha conferido y acreditado socialmente un título
habilitante a tal efecto, sea el eje de la relación en la asistencia
clínica. Ello supone un atento cuidado al motivo de consulta, así
como una respuesta del psicólogo clínico a la demanda establecida.
Esto implica subordinar a la clínica, es decir a los signos y síntomas
del consultante, las especulaciones teóricas y los abordajes posibles.
Se trata de relevar una semiología múltiple que permita adecuar
a cada situación los conocimientos y destrezas del psicólogo clínico.
El consultante no es un caso ilustrativo de la casuística psicopatológica,
sino alguien cuya singularidad debe ser correspondida con la propuesta asistencial.
Los materiales clínicos de las situaciones de consulta se tornan en referentes
permanentes de la reflexión en los prácticos.
En relación a estas actitudes, los conocimientos a brindar deben abarcar
más de una perspectiva teórica y un procedimiento técnico,
que cubran el amplio campo de la clínica de las psicoterapias. Suponer
que un proceso terapéutico es planificable, es decir: que pueden organizarse
recursos articulados en sucesión esperable de acuerdo a una situación
clínica determinada, implica una semiología múltiple. Ya
no se trata de "el discurso", o "el conflicto", "la
fantasía" o "el síntoma", sino de su complementariedad,
vinculada al motivo de consulta. La prevalencia de cada perspectiva finalmente
dará la apreciación clínica, teniendo en cuenta que no
hay una certeza inequívoca, que el conocimiento se aquilata en la técnica
finalmente por inducción y que existen principios y criterios fundados
en el saber al que han contribuido diversas líneas de pensamiento y no
leyes o manuales de procedimiento.
El auge de actividades paracientíficas, conexas con nuestra práctica,
requiere una clara demarcación entre criterios y métodos fundados
en la racionalidad y la verificación empírica, por oposición
a las prácticas silvestres. Las actividades y los resultados de investigación
en el campo de nuestra disciplina acreditan y consolidan los conocimientos y
el criterio científico. Al respecto se han realizado y están en
curso proyectos de investigaciones en las áreas clínica y educacional,
a cargo del equipo correspondiente de la cátedra.