Comentario de Texto.
Silbando en la Oscuridad. Música y Psicosomática.


Autor: Carlos E. Caruso

Docente de la Carrera de musicoterapia, Facultad de Psicología, U.B.A.

"Este libro precisamente, conceptualiza la visión de una medicina de la posmodernidad, donde paradógicamente se contraponen positivamente el desarrollo científico con el devenir del arte como mejoramiento de la calidad de vida del ser humano.
El Dr. Caruso es un ejemplo del profesional que pudo reunir en sí mismo el estudio de la medicina y el placer del arte, y crear de esa manera lo que algunos llamarán las técnicas terapéuticas alternativas en medicina.
Coordinador docente de la Escuela Argentina de musicoterapia, en él la música cumplió una fuerte impronta, que le permitió introducirse en el contexto no verbal.
Lo que este libro nos va a demostrar es que el fenómeno de integración del pensamiento, el arte y la ciencia, es fundamental para entender la enfermedad, su terapéutica y su prevención.
La psique y el soma, los trastornos psicosomáticos, el arte, la sociedad y la cultura, la filogenia, la ontogenia y los sistemas de comunicación, tienen que estar presentes para definir una patología, y esos son capítulos esenciales de este libro.
El Dr. Caruso enfatiza otro concepto poco presente en el lenguaje médico: La expresión de las vísceras. El cuerpo que se manifiesta. Lo hace dando predominancia a un término: Alexitimia, la dificultad para discriminar y verbalizar los sentimientos y las emociones, cosa que finalmente hará el cuerpo.
El capítulo que deberíamos subrayar es el titulado 'El fascismo en el cuerpo' donde vincula la historia lamentable de nuestros últimos años en la Argentina, y cómo ésta ha determinado un incremento de la patología psicosomática en la población. El capítulo termina diciendo: salir del aislamiento, romper con la inhibición de la acción y no dejarse ganar por la desesperanza, permite conservar la salud.
La otra virtud a señalar, es la experiencia del Dr. Caruso de romper las estereotipias de formación, como ser la ortodoxia psicoanalítica, y liberar sus propias técnicas terapéuticas, para permitir la alternativa de todo el otro conocimiento, aquél que deriva de la comunicación analógica. De esta manera se introduce en el uso de la música, tanto desde su experiencia personal, como desde los movimientos que fundamentaron a la musicoterapia como verdadera disciplina terapéutica.
Su pensamiento es claro cuando dice: La música no es terapéutica en sí misma. La música deviene terapéutica cuando es utilizada con técnicas organizadas y en un contexto terapéutico.
Este es un libro que nos invita a reflexionar a todos aquellos que deseamos un conocimiento integral del ser humano."


Prof. Dr. Rolando Benenzon
Miembro de Honor de la World Federation of Music Therapy

"La lectura de Silbando en la oscuridad permite adentrarse en los caminos de las interfases. El Dr. Carlos E. Caruso efectúa en este libro una propuesta sólida y atractiva acerca de la integración de conocimientos en la práctica de la psiquiatría.
Umberto Eco, en la novela "La Isla del día antes", hace decir a uno de sus personajes, un monje sabio, allá por los albores de la modernidad: '-Habrás oído hablar de aquesse Astrónomo florentino que para explicar el Universo valiose del Anteojo de larga vista, hypérbole de los ojos, y con el anteojo vio lo que los otros solo imaginaron. Yo mucho respeto a queste uso de Instrumentos Mechánicos para entender, como hoy suele decírsele, la Cosa Extendida. Pero para entender la Cosa Pensante, es decir nuestra manera de conocer el Mundo, nosotros no podemos sino valernos de otro Anteojo, el mismo del que valiose Aristóteles, y que no es ni tubo ni lente, sino Entramado de Palabras, Idea Perspicaz, porque es sólo el don de la Artificiosa Eloquencia el que nos permite entender este Universo'.
Caruso, ubicado más allá de la Modernidad, sigue utilizando el anteojo aristotélico y tal cual el monje sabio, valora y no desconoce, más bien conoce perfectamente, el buen uso de los instrumentos mecánicos. Pero su elemento, que como tal es metáfora del sentido, es escucha, no solo se dirige al entramado de palabras sino, también, al de los sonidos codificados en música, cuando se aventura por los senderos de los códigos no verbales.
Su pluma logra efectos finos y precisos cuando caracteriza el universo de los problemas psicosomáticos y presenta con claridad expositiva las nociones de alexitimia, anhedonia, pensamiento operatorio, sobreadaptación y pensamiento maniqueo.
Cuando despliega la consideración de los aportes y limitaciones del psicoanálisis se muestra conocedor, pero sobre todo original. Toda la obra está dedicada a promover las integraciones entre arte y ciencia, con el fin de fundamentar el uso metodicamente fundado de la música con fines terapéuticos. Trae palabras de Freud: ... el poeta no puede por menos de ser algo psiquiatra, así como el psiquiatra algo poeta, y analiza las relaciones del padre del psicoanálisis con la música.
Los tres últimos capítulos están consagrados específicamente al objetivo general del libro y permiten entender que la música puede llegar donde la palabra no llega y que constituye una vía regia hacia las emociones y afectos. A su vez propone metodologías y técnicas con adecuadas viñetas clínicas dedicadas al uso de la musicoterapia particularmente en pacientes psicosomáticos, pero que permiten entrever fronteras muchos más amplias y que seguramente serán abordadas en futuros desarrollos. Porque de esto se trata: apertura y porvenir. Esa impresión induce la obra de Caruso, que constituye un indudable aporte, con méritos pedagógicos intelectuales y formativos. El producto revela erudición, inquietud investigativa y madurez profesional.
El autor es, entre otras cosas, presente del Capítulo de Arte y Psiquiatría, de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), y docente del Instituto Superior de Formación de Postgrado, dónde este libro ha de ser recibido con particular beneplácito porque posibilitará su utilización como herramienta práctica y conjunto referencial teórico de una línea de pensamiento, vertida por este médico y artista, que por pinta y estilo es esencialmente apsiano.
Mencionaba el cúmulo de asociaciones y coincidencias que suscitó en mi espíritu la lectura del texto. Sé que, en parte, se trata del buen uso del anteojo aristotélico, junto con el conocimiento afilado de los instrumentos mecánicos. Pero de pronto entendí 'algo más'. Fue releyendo las páginas donde Caruso habla de Pichon, de Bleger, de Goldemberg, mi maestro. Del 'Lanús', donde completé una etapa fundamental de mi formación personal y me crié como psiquiatra. Lo entendí con el corazón y puedo expresarlo con las propias palabras del autor: Ninguna casualidad.


Prof. Dr. Juan Carlos Ferrali
Presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos
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